sábado, 21 de mayo de 2011

ROL DEL DOCENTE


EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS

La acción se desarrolla en una escuela privada de Welton, solo para chicos. La educación que imparten en dicha escuela es de las más duras y disciplinadas del país. Su objetivo consiste en preparar a los alumnos para que obtengan los mejores puestos en la universidad, como en toda la historia de la escuela.
Cuando el nuevo curso comienza, la monotonía de la escuela desaparece con la llegada de un nuevo profesor, John Keating, el cual se ve a lo largo de la película que es algo singular dando clases de poesía. Este licenciado propone un nuevo método de ver las cosas, y defiende una cultura renacentista; propone aprovechar cualquier instante, vivir intensamente cada minuto de vida. Todo esto se resume en una frase: “Tempus Fugit, Carpe Diem” (El tiempo fluye, aprovecha el momento). Esta filosofía choca frontalmente con la doctrina de la escuela, y ésta será la principal fuente de problemas que surgen a lo largo del largometraje.
La acción principal se desarrolla alrededor del club de los poetas muertos -que da título película-, el cual está formado por los alumnos de Keating.
Keating será acusado del suicidio de uno de sus alumnos que tenía en mente ser actor, a pesar de que sus deseos estaban en contra de los de sus padres; por ello, el profesor, llamado Capitán por sus educandos, es expulsado de la escuela a pesar de estar en contra de sus alumnos, debido a que confiaban en él y le mostraban respeto, cariño y apoyo
REFLEXIÓN

Esta película sin duda es una de los mejores ejemplos de lo que puede influenciar un profesor en la vida de los alumnos.
Es increíble como un profesor puede transmitir las ganas de aprender, a respetar a los demás, a tener ganas de vivir la vida.
El profesor Keating abre a los chicos el mundo de los sentimientos, de la imaginación, de la creatividad y de la risa, la cual sitúa a los alumnos en un ámbito desconocido para ellos, el de la naturalidad y de la espontaneidad. Ser ellos mismos supone una gran fuerza motivadora para luchar por lo que brota de sí mismos. Así, el “carpe diem” cobra sentido, pues coger el instante y exprimirlo es la mayor dosis de sentido que puede cobrar una vida humana. Esa es la plataforma motivacional de la que parte el ingenioso profesor, para unos, pero rebelde para otros.
Una de las características principales de Keating es su vocación de maestro, sus ganas
de enseñar a sus alumnos y por esto acaba siendo un profesor muy querido por los jóvenes
estudiantes. También es un hombre lleno de ganas de vivir y sigue en todo momento su lema: “carpe diem” (aprovecha el momento). El profesor ayuda a los alumnos a descubrir sus propios caminos, rompiendo con algunas viejas pautas de la escuela tradicional.
Pero cabe destacar que él como persona y como docente, en algunos momentos no actúa
correctamente del todo ya que en algunas escenas no es prudente, es decir, él actúa pero no tiene en cuenta, quizás, la responsabilidad o las pequeñas consecuencias que pueden tener sus actos y más sus palabras y actitudes. Y puede tener como objetivo enseñar a sus alumnos a ser libres pensadores y hacerlo con sus métodos pero también debería tener un poco en cuenta los ideales y las formas de trabajar de la escuela.


La última escena, os la he dejado en un vídeo, para mí es una de las mejores escenas de la película, donde realmente se demuestra el afecto y el respeto que los alumnos podemos llegar a coger a los profesores.

Si se me permite (supongo que sí ya que este es mi blog) comentaré  brevemente un caso que hubo en mi colegio, que junto con mi clase, viví cuando estaba en segundo de la E.S.O

Al empezar la Educación Secundaria Obligatoria conocimos a nuevos profesores, algunos ya los habíamos visto por el colegio, pero otros eran nuevos, como el profesor de Educación Física, Alberto. Puede que penséis que una asignatura así no tiene tanto peso como lo tiene literatura o matemáticas…Puede, pero no solo una asignatura es importante por el contenido teórico que se dé, si no por lo que realmente aprendes. También tengo que decir, que uno no aprende si uno no quiere. Al mismo tiempo que nos enseñaba el deporte del rugby, del balonmano, nos enseñaba a disfrutar haciendo deporte, a tener otra perspectiva de la vida. (Todo esto desde mi punto de vista) Fue uno de los profesores de Ed. Física que no solo te ponía a correr y después te daba una pelota para que jugaras al fútbol, él se encargaba de hacer esa asignatura, una hora interesante, donde aprendieras nuevos deportes, te interesaras por ellos y que disfrutaras mientras ejercitas tu cuerpo y tu mente, ya sabéis lo que dicen: “Mens sana in corpore sano”
Y siempre ha estado apoyándonos, nunca ha desistido con ninguna persona, por muy poca flexibilidad, capacidad para hacer algún ejercicio que tuviera un alumno, él no permitía que dejase de hacer las cosas.
Cuando llegamos a 2º de la E.S.O pasó algo raro en el colegio, la antigua profesora de Ed. Física, reclamaba su puesto y eso conllevó a que Alberto dejase el colegio.
En cuanto nos enteramos, empezamos a movilizarnos, a preguntarnos como podíamos conseguir que Alberto volviese al colegio y a darnos clase. Se empezó a recoger firmas por todos los cursos de Educación Secundaria Obligatoria y por Bachillerato.
Y un día, en un descanso entre clase y clase, se empezó a oír por los pasillos el nombre de este profesor, y todo el mundo se asomó por las ventanas que daban al patio interior para ver como Alberto cruzaba ese patio, observando como todos sus alumnos se apelotonaban en las ventanas, y en las escaleras para verle y gritar de alegría su regreso.
Creo que nunca se me olvidarán esos días y creo que a él tampoco.

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